PROBLEMAS DE FERTILIDAD
Cada vez son más las parejas que deben recurrir a tratamientos de reproducción asistida para tener hijos en nuestro país. De hecho, se calcula que el 15% de las parejas españolas tienen problemas de infertilidad (incapacidad de concebir tras mantener relaciones sexuales regulares no protegidas durante un año).
Afrontar el hecho de tener problemas para concebir es una situación muy estresante para cualquier pareja, que en la mayoría de los casos deriva en sentimientos negativos como la angustia, la ira, sentimiento de pérdida o la frustración. Algunas personas son capaces de asumirlos, pero en algunos casos se acaban originando problemas psicológicos más graves que llegan a dificultar los tratamientos de reproducción asistida.
Es muy importante tener en cuenta que el propio tratamiento de reproducción asistida en parejas infértiles lleva consigo una gran carga emocional, por el estrés al que se ven sometidas las pacientes. Se ha demostrado que esta tensión puede interferir en el resultado final del tratamiento. Además, está probado científicamente que los factores psicológicos inciden de manera negativa en la regulación de las hormonas y en las conductas de salud de las personas, incluso en aspectos mucho más nimios, como el dejar de fumar o el controlar la alimentación.
Entre los problemas psicológicos que aparecen en estas parejas a lo largo del tratamiento podemos detectar la baja confianza en sí mismos, sentimientos de inferioridad, tristeza, ira, desesperanza, ilusión, decepción y ansiedad. Muchas parejas también ven afectada su esfera social ya que muchos tienen hijos y no les resulta agradable estar con ellos o simplemente se sienten fuera de lugar. En otros casos, la pareja ni siquiera ha compartido su preocupación con amigos o familiares para no sentir más carga o presión, lo que hace que se sientan solos y sin apoyos frente a este duro proceso, teniendo que disimular o incluso responder a comentarios tan cotidianos como "¿y vosotros cuándo?, que ya tenéis una edad".
La infertilidad sigue, a día de hoy, siendo tratada como un tabú. Muchas mujeres se sienten avergonzadas o fracasadas como mujeres por no poder concebir de manera natural ya que todos nacemos dando por hecho que somos fértiles y conocer que no es así, es difícil de asimilar cuando se supone que uno de los fines del ser humano es reproducirse, por lo que entendemos que es algo que nos viene dado sin más y no siempre se sabe en qué momento esto cambia. Hablamos de la "pérdida de lo invisible".
Los hombres también pasan por un proceso muy doloroso y estresante cuando descubren que el factor de infertilidad es masculino, sintiendo impotencia, frustración y una gran tristeza e inseguridad.
Algunos especialistas en reproducción asistida consideran que el estado emocional y psicológico por el que pasa la pareja que se somete a tratamientos de infertilidad es clave para un resultado positivo de éste, ya que se ha demostrado científicamente que un buen ajuste emocional contribuye a una mejor respuesta ante los tratamientos médicos, aumentando así la tasa de embarazos.
¿Cómo puede ayudar un psicólogo en la infertilidad?
Desde la psicología de la reproducción, en Psicolibertad queremos ayudar a las personas que desean tener un hijo y no lo consiguen por medios naturales, ya que sabemos que la infertilidad representa un impacto estresante en la pareja, una crisis vital y la confrontación con una toma de decisiones compleja.
La intervención psicológica se lleva a cabo pareja al tratamiento médico con el objetivo de conseguir un ajuste emocional y de pareja que les permita afrontar eficazmente el tratamiento de reproducción asistida. Se realizan sesiones de apoyo/acompañamiento durante todo el proceso, conociendo los distintos estadíos emocionales por los que pasan las pacientes en las diferentes fases del tratamiento: 1ª consulta, diagnóstico, frenaje de ovulación, estimulación ovárica, punción folicular, transferencia y resultados del tratamiento, ya sea para IA, FIV o ICSI.
Tras el trabajo de los últimos 9 años en el área de la psicología reproductiva, hemos conseguido un aumento del ajuste emocional y de los recursos adaptativos de la pareja, reducido la intensidad de la interferencia emocional de cara al tratamiento de reproducción y ha habido una muy buena adherencia a los tratamientos médicos. La terapia contribuye a reducir la activación fisiológica en situaciones de estrés cotidiano o relacionada con las pruebas médicas (punción y transferencia), reduciendo los pensamientos negativos que generan malestar psicológico y aprendiendo a buscar y modificar pensamientos alternativos, aumentado sus habilidades de comunicación favoreciendo el bienestar de la pareja.
Por todo lo anterior podemos confirmar la importancia y eficacia de la intervención psicológica en este nuevo campo profesional, entendiendo que en los casos de infertilidad se acentúan las interacciones cuerpo/mente y es así como hay que abordar el problema y buscar solución, desde el trabajo multidisciplinar.